Vamos a recordar la historia de los enanitos y el gigante comesetas:
Érase una vez, en un bosque, unos enanitos vivían felices debajo de las setas. Unos trabajaban como zapateros, clavando tachuelas en las suelas de los zapatos, y otros eran carpinteros (0.15), cortando maderos con sus serruchos. Pero, de repente, llevándose las manos a la cabeza (0.40), ven que en el bosque está pasando algo tremendo. Un gigante va paseando por el bosque buscando setas (1.00), su comida favorita. El gigante no es malo, no se da cuenta que las setas son las casas de los enanitos y que, al comérselas, les deja pasando frío y calamidades. Es que él come setas, simplemente, sin maldad.
Pero los enanitos se organizan (2.07) y como la unión hace la fuerza, levántando los brazos para parecer más altos, atosigan al gigante ¡fuera de aquí, gigante! ¡fuera de nuestro bosque!, hasta que el gigante, agobiado por tanto enano furibundo se va a buscar setas a otra parte
Os envío la canción “el caballo trotón”, uno hace de caballo y otro de vaquero, que le cura la tremenda espina que se ha clavado en la pezuña.
¡Que os divirtáis!
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